por Kathy Kucsan, Ph.D.

Parece que cada día surgen más investigaciones que demuestran que la música beneficia al cerebro de muchas maneras diferentes. Hace tiempo que sabemos que los jóvenes que estudian música sacan mejores notas, aprenden más rápido, se concentran mejor y parecen tener mejores resultados en el ámbito social. Sorprendentemente, la ciencia aún no comprende del todo el proceso exacto de cómo el sonido pasa de ser una onda mecánica que entra en el oído a transformarse en señales eléctricas que nuestro cerebro descifra e interpreta. El sonido que conocemos como música no sigue un camino fijo en nuestras cabezas: se transmite por diferentes partes del cerebro simultáneamente y ese proceso se traduce en la forma en que comprendemos y respondemos a la música. La música ilumina muchas zonas del cerebro a la vez, y eso es muy bueno para nosotros.

En primer lugar, el cerebro toma las señales de sonido/música y las descompone, empezando por el volumen (suave-alto) y el tono. A continuación, transmite los componentes más finos de la música, como el timbre (la calidad del sonido: el color único que hace que una trompeta suene diferente a un violín, por ejemplo), la duración, el patrón y la ubicación espacial (dónde se originan los diferentes sonidos).

En todo este procesamiento del sonido también intervienen los centros emocionales del cerebro. Como todos sabemos, la música provoca sentimientos de todo tipo. Con una música especialmente significativa o evocadora, podemos tener un subidón de dopamina. O nos da escalofríos (el término técnico para los escalofríos inducidos por la estética es "frisson").

Dependiendo de la música que escuches, puedes sentir un impulso irresistible de moverte, golpear el pie o bailar. Empezando por el cerebro, el resto de nuestro cuerpo puede experimentar cambios en el pulso o la respiración en función del estímulo musical, y podemos experimentar el entrainment, o sincronización con la música.

El mejor ejercicio cerebral es aprender a tocar un instrumento.

Leer música, coordinar la motricidad fina, la respiración y producir un hermoso sonido involucra a todo el cerebro y se convierte realmente en el "equivalente del cerebro a un entrenamiento de todo el cuerpo". Aquí hay un vídeo de TED que ilustra todo el increíble proceso. Que lo disfrutes.

https://www.youtube.com/watch?v=R0JKCYZ8hng